Bosques
de Acacia Magnium
Una
alternativa para recuperar suelos degradados por la minería y mitigar el cambio
climático
La
minería a cielo abierto sin lugar a dudas es la actividad económica que más
impacta el medio ambiente por los métodos mecánicos de extracción y las
actividades de producción que se realiza
sobre los suelos, generando graves alteraciones en el paisaje, alteración del
equilibrio natural, y en la mayoría de casos, daños irreversibles al
ecosistema.
En
el Bajo Cauca antioqueño, según cifras oficiales, se habla de 45 mil hectáreas
degradadas por la minería, lo que quiere decir, suelos de apariencia desértica
con altas temperaturas y sin especies
arbóreas que puedan absorber dióxido de carbono (CO2), uno de los principales
gases de efecto invernadero.
Los
bosques además de absorber C02, ayudan a mantener fresco el planeta y al
proceso de evaporación del agua hacia la atmósfera, lo que incrementa la
nubosidad con el consiguiente efecto refrigerante sobre la superficie, es
decir amortiguan la cantidad de luz
solar disponible para calentar la tierra.
En
el Bajo cauca antioqueño, la Acacia Magnium se ha convertido en la especie
reina no solo para recuperar suelos degradados por la minería sino también para
la captación de carbono. Se dice que una
hectárea de acacia puede capturar 250 toneladas de dióxido de carbono durante
toda su vida.
Según
la Reforestadora Integral de Antioquia -RIA- en los tres últimos años, en
convenio con diferentes entidades, se
han sembrado 169.983 árboles en 153 hectáreas degradadas por la minería, 103 en
el corregimiento de Cuturú, municipio de Caucasia y 50 en el municipio de
Tarazá.
Nuevo
bosque en el municipio de Nechí
La
Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo Internacional -USAID-, a través de
su programa BIOREDD+, unió esfuerzos con las Secretaría de Minas y Agricultura
de la Gobernación de Antioquia y RIA para darle continuidad a los programas de
mitigación ambiental. Es así como se proyectó la siembra de 66.600 nuevos
árboles en 600 hectáreas de la vereda
Trinidad, municipio de Nechí.
Con
la siembra de este bosque una vez se encuentren en su mayor nivel de
crecimiento, podrá mitigar el impacto ambiental dejado por la minería y
capturar 15 mil toneladas de carbono al año, teniendo en cuenta que por cada
hectárea sembrada se capturan 25 toneladas por hectárea al año.
Hasta
el momento se han sembrado 130.000 árboles en 117 hectáreas en predios de la
finca San Antonio, donde paralelamente se realizó el correspondiente
cerramiento y estaconado con postes de acacia magnium.
Adicionalmente
al proceso de establecimiento de la especie Acacia magnium, se siembran especies nativas de alto valor comercial
como: Terminalia catapa, Cedrela odorata, Samanea saman, Lecythis minor,
Cariana pyriformis, Cedrela odorata y Tabebuia rosea.
Este
importante programa de reforestación tiene un costo de $4.755.000 millones de
pesos de los cuales la Gobernación de Antioquia aporta 2.000 millones, RIA
$1.755 millones y USAID 1.000 millones de pesos.
Adicional
al tema de captura de carbono por parte de esta especie, este proyecto
beneficiará en el futuro a un grupo de familias, quienes iniciarán un proyecto
apícola, dado que esta especie tiene una temporada larga de floración donde
provee néctar y polen a las abejas y
adicionalmente durante todo el año segrega néctar por el peciolo, lo que
aumenta la disponibilidad, generando mayor producción de las colmenas en este
tipo de cultivos o plantaciones.
Características
de la Acacia Mangium
Es
una especie nativa del noreste de Australia, Papúa Nueva Guinea y las islas
Molúcas al este de Indonesia que presenta un rápido crecimiento, puede alcanzar
hasta los 30 m de altura y un diámetro de 90 cm en tan solo 5 años. Tolera
suelos muy pobres, crece desde los 0 hasta unos 1.000 metros de altura sobre el
nivel del mar con un límite superior de 780 m. En cuanto al rango de
temperatura se encuentra entre 13 a 21º C como temperaturas mínimas, y de 25 a
32º C en temperaturas máximas.
Su
madera se caracteriza por ser dura, resistente y densa, cualidades que la han
hecho atractiva en los mercados nacionales e internacionales para la
fabricación de muebles finos, en ebanistería de alta calidad y en la
construcción de vivienda para la fabricación de gabinetes, marcos para puertas,
ventanas y molduras. De la misma forma, se utiliza como follaje para el ganado
y en la recuperación de áreas degradadas.
Jorge
E. Martínez Santamaría
Consultor
Comunicaciones
Programa
BIOREDD+ de USAID
Colombia