El plagio podría evidenciar la mediocridad de quien lo comete, pues demostraría la incapacidad de escribir ideas propias y bien argumentadas.
Por
Rober Aurelio Nieto Álvarez
Comunicador
Social Periodista
Hoy 18 de diciembre, a eso de las 6
y media de la mañana, se me dio por leer Bajo Cauca Hoy (edición 112), unos de
los periódicos que circulan popularmente en la región. Generalmente no lo hago
para informarme, pues con todos los colegas que hay en cada uno de los
municipios, tenemos información de primera mano del acontecer diario
bajocaucano. Además, recibo en el correo constantemente boletines de prensa, y personalmente
realizo consulta todos los días en la prensa regional y nacional.
Sin embargo, si ojeo este tipo de prensa -con
lapicero en mano- para tachar “horrores” y corregir errores, -predominan más los
primeros que los últimos-, con el
propósito de no incurrir en las mismas fallas que se cometen allí, y además,
ver qué notas podrían ampliarse para mayor provecho de mis propios lectores.
Leí algunos artículos que llamaron
mi atención, y después buscando en internet pude comprobar que -tal como hacen
con frecuencia- fueron copiados literalmente de algunos portales web; a
pesar de eso, en ese medio impreso no se les atribuyó la fuente de donde se
tomó, ¡lo correcto es hacerlo! No era la primera vez que lo notaba, por eso no
le di mucha importancia, pues normalmente cuando sale un artículo bien
argumentado no es de ese medio, sino tomado de otros.
De hecho, un periodista bien
reconocido en la región, Álvaro Chedid Amariz, corresponsal de Teleantioquia
Noticias, y director de la Emisora Zaragoza Stéreo, expresó su queja porque en
medios como el periódico en cuestión, utilizaban los textos y
fotos que él escribía en su muro de Facebook, sin siquiera consultarlo, por lo
que desde hace algún tiempo al finalizar sus escritos hace esta nota aclaratoria:
“Prohibido reproducir este TEXTO Y FOTOGRAFÍAS - en PRENSA
ESCRITA - D.R.A.”
Vuelvo
a la lectura
No obstante, por mera curiosidad
quise probar con el único artículo de opinión que aparece en dicho periódico, y
según parecía, su autor sería el director de Bajo Cauca hoy. El lenguaje
utilizado, y su argumentación me llamó la atención. Vaya sorpresa me llevé
cuando haciendo mis pesquisas, encontré que ese artículo fue publicado el
viernes 26 de septiembre en el periódico El Heraldo de Barranquilla, y el cual
puede ser verificado por los lectores de este artículo en el portal web de ese
medio. Lo único detalles que cambian son: que en el medio caucasiano le quitan los signos de interrogación al título; le agregan un "si" al inicio del mismo; y que al término "indígena" le falta la tilde. (Ver el link: http://www.elheraldo.co/columnas-de-opinion/sirve-la-malicia-indigena-167756)
Edición 112, página 2 |
Texto original que puede leerse en línea en el link que acompaña este artículo. |
Esto
me puso a reflexionar en el “Plagio”, que según define el Diccionario de la Lengua Española es “Copiar
en lo sustancial obras ajenas, dándolas como propias”. Y es sabido que este es un delito, de hecho en la
Ley 1032 de 2006 que declara las consecuencias penales de
su violación.
El plagio podría
evidenciar la mediocridad de quien lo comete, pues demostraría la incapacidad
de escribir ideas propias y bien argumentadas, o quizás el tratar de rellenar apresuradamente
páginas que de otro modo quedarían en blanco. Pero más allá de ser un asunto
ético y moral, es un delito. Afortunadamente esto no pasa con la mayoría de
los periodistas de la región. Mientras tanto, las personas del común seguirán
alabando a los plagiadores creyendo en su gran capacidad creativa.
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